martes, 7 de abril de 2009

LITERATURA: Librería



ENRIQUETA ANTOLÍN
, Regiones devastadas.


Hay tres Toledos, uno dentro de otro, uno cristiano, uno judío y uno árabe; uno de callejas, uno de tejados y otro de criptas; uno de vencedores, uno de vencidos y uno de supervivientes. Regiones devastadas es el segundo título de la trilogía que componen junto a ésta, La gata con alas y La mujer de aire. Es una novela conversada, un monólogo en segunda persona en el que el narrador habla de tú a la protagonista recordándole tiernamente los primeros años de su pubertad.
Estamos a mediados de los años cincuenta y es la realidad macabra de esta época de silencios y secretos el marco en el que se desarrolla el relato. La mirada de la protagonista, guiada por la curiosidad y el atrevimiento de la adolescencia irá desvelando hechos y situaciones terribles que la guerra dejó tras de sí. A la vez descubrirá en sí misma un cuerpo nuevo, los primeros amores, las amistades y las confesiones que van a fraguar al adulto en el que algún día tendrá que convertirse. Pese a lo que pueda parecer Regiones devastadas no es una novela triste, sino el relato de un tránsito de la niñez a la pubertad en medio de la realidad social, psicológica y moral del Toledo de los años 50.



GONZALO TORRENTE BALLESTER,
La saga/fuga de J.B.

Castroforte del Baralla, capital fantasma de una provincia fantasma. Se cree que fue inventada en el siglo XII y suprimida de los mapas en los últimos años del siglo XIX, por orden de las autoridades monárquicas para castigar su intento de constituirse en República independiente. Desde entonces sigue existiendo pero en clandestinidad topográfica. Se ha dado el caso de que al acudir los pertinentes especialistas a resituarla en su antiguo lugar cartográfico, no han encontrado ni rastro de la tal ciudad. Y es que cuando los habitantes de Castro Forte se ensimisman en sus propios asuntos, la localidad en la que viven comienza a elevarse del suelo dejando en el espacio que debiera ocupar, únicamente un gran cráter.
La saga/fuga de J.B., obra surrealista y una de las ficciones más ambiciosas de la literatura española del siglo XX., es la narración de varios destinos que se desarrollan en el tiempo a través de sucesivos personajes y al hilo de la incesante reencarnación de una misma trama: la aparición y posterior huída de la ciudad de Castro Forte, de un hombre extraordinario que responde a las iniciales J.B.. La saga de las fugas de los J.B se prolonga por los siglos hasta la llegada del espurio José Bastida.



BENITO PÉREZ GALDÓS, Misericordia.

Muestra del realismo social de finales del XIX en España, Misericordia es un retablo de la miseria de Madrid en sus infinitas gradaciones a la vez que un retrato del ser humano: capaz de abnegación sin límites y de ingratitud igualmente infinita. A lo largo de la novela Galdós va mostrando, con maestría, la anatomía del Madrid decimonónico como si jugara con nosotros a abrir el “zum” de una cámara fotográfica. De la mano de su protagonista, Benigna, Nina, Benina, nos arrastra por las calles y plazas más emblemáticas de la capital sumergiéndonos en una historia de miseria donde el plano de la realidad cotidiana de sus habitantes se entremezcla con el de sus deseos y sus necesidades. El primero de estos aparece esbozado con la precisión naturalista propia de la época. En el otro, en el de la fantasía, la imaginación de los diferentes personajes traza su propio mundo irreal de sueños e ilusiones. Este último se entremezcla tanto con el primero, que incluso la figura de don Romualdo, creación de la protagonista para justificar sus salidas a pedir limosna, consigue emerger a la realidad dejando tan desconcertada a la pobre Nina como al propio lector.



EMILIA PARDO BAZÁN, Los Pazos de Ulloa.

A través de un testigo, el joven clérigo Julián, Los Pazos de Ulloa ponen al descubierto la fisiología de una sociedad cerrada que vive según pautas ‘naturales’. Ajeno a esta sociedad, ingenuo y sin ideas preconcebidas, el joven sacerdote se adentra en la realidad rural de los Pazos. En la novela, la naturaleza lo invade todo: desde la llegada de Julián al campo, hasta su visita final al cementerio donde las tumbas aparecen devoradas por la exuberante vegetación. La naturaleza es bella y serena cuando predomina la calma pero amenazante y tormentosa cuando es la angustia la que se impone. Los personajes están diseñados por parejas que enfrentan el mundo rural y el urbano, el natural y el ‘civilizado’: don Manuel- Primitivo; Nucha-Sabel; Nené (la niña)-Perucho; y en el medio, don Pedro, el marqués, inclinado hacia un lado unas veces y hacia el contrario otras; señorito en el campo y bárbaro en la ciudad. La oposición entre naturaleza y civilización que recorre toda la obra tendrá por vencedora a la primera, demostrando quizás, que todo aquel que no se adapta, o bien se condena a una existencia marginal, como el señorito de Limioso, o bien es aniquilado, como ocurre con Julián y con Nucha.

Beatriz Talaván Paniagua.

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