lunes, 13 de abril de 2009

FOTOGRAFÍA


WEEGEE en la Fundación

Telefónica


Si las fotos de Weegee fuesen en color, sus modelos saldrían con los ojos rojos. Es lo que tiene usar el flash, que se te mete la luz por el iris y te enciende la sangre. Suerte que Weegee usara película en blanco y negro, porque si no ahora habría que tirar de Photoshop para arreglarlas.

Casi todas las fotos de Weegee que han traído a Madrid fueron tomadas de noche, con flash, en el Nueva York de los años cuarenta. En aquella época, en aquella ciudad, salías a dar un paseo después de cenar y lo mismo podías toparte con Buñuel que con un puñado de borrachos. Buñuel, por si no os acordáis, trabajaba en el MOMA. En la exposición de la Fundación Telefónica nadie precisa si Weegee se topó él o no, pero está clarísimo que de los borrachos se sabía hasta la talla de pantalón. En cuanto se ponía el sol, el tío se iba con su cámara al Bowery, uno de los barrios más chungos, y se ponía a hacer fotos de gente con aliento a whisky. Era un esteta de los borrachos: podía dar vueltas y vueltas hasta encontrar al borracho perfecto, y luego lo inmortalizaba. Igualito que Velázquez, pero con acento de Ucrania.

Weegee decía siempre que sabía cuándo iba a pasar algo interesante porque le picaba el codo. Si le picaba, era el primero en llegar al lugar del suceso y hacer la foto. De hecho, “Weegee”, su nombre, es una deformación de Ouija, la tabla mágica que usan las médiums. Pero… ¿y si no le picaba? Entonces hacía trampa. De todos sus borrachos, la más famosa es una señora que sale en una foto titulada The Critic. En la imagen, ella es la que está a la derecha, y justo al lado hay dos multimillonarias que habían venido a un estreno. El contraste entre unas y otras es un chiste buenísimo para desprestigiar a los críticos. Pero con truco: al parecer, el mismo Weegee había emborrachado a la buena señora y la había colocado delante para provocar la situación. Qué tío. Qué foto.
Rfa.


Deutsche Börse Photography Prize.


La Photographers´ Gallery es una galería que se encuentra en un lugar privilegiado de Londres: el edificio está construido cerca de la plaza Oxford Circus, una zona de tiendas donde masas de turistas disfrutan de las compras y los escaparates. Y es aquí, en esta galería, donde todos los años desde 1996 se exponen los trabajos de los finalistas del Deutsche Börse Photography Prize. Este premio es uno de los reconocimientos más importantes entre los fotógrafos y durante todas sus ediciones ha enseñado al público los nuevos caminos de la fotografía contemporánea. En el caso de la edición de este año, las condiciones eran claras: se dotará de un premio de 30.000 libras al fotógrafo de cualquier nacionalidad que durante el año pasado expusiera o publicara el trabajo de mayor significado para la fotografía europea. Los finalistas que optan al premio, y cuyas obras se encuentran expuestas en la galería hasta el 19 de abril, son cuatro: Tod Papageorge (1940, USA), nominado por su trabajo Passing Through Eden-Photographs of Central Park; Taryn Simon (1975, Nueva York), cuyo trabajo presenta un completo estudio visual sobre curiosidades de distintos ámbitos de la vida americana, desde la medicina hasta la seguridad; Emily Jacir (1970, Arabia Saudí), nominada por su estudio documental sobre el asesinato del intelectual israelí Zuaiter; y por último, Paul Graham (1956, Reino Unido), cuyo trabajo es un canto a las actividades de la vida diaria (fumar un cigarrillo, esperar al autobús, jugar al baloncesto…). A la espera de conocer al ganador os animo a bucear por la Red y descubrir la obra de estos artistas.

Londres.
Hasta el 19 de Abril.

Naiara Valdano.

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