domingo, 12 de abril de 2009

GALERÍAS



Pepe Cobo y cía

Alejandra Freymann


El nuevo espacio de la galería Pepe Cobo supone todo un desafío. Después de su estreno con la muestra colectiva “Cambio de aceite”, llegan las pinturas de la joven mexicana Alejandra Freymann dispuestas a dotar de una atmósfera de cuento a este singular taller de coches convertido en sala de exposiciones. Aunque quizás, el cuento que nos presenta la artista no sea tan autocomplaciente como sugiere en un primer momento el hipnotizador color de sus imágenes. Quizás, si nos detenemos un instante en estos paisajes inconscientes y sus diminutos personajes, descubramos un aura entre mística y cargada de humor cuyo misterio no dejará que nos relajemos. Anécdotas que fluyen en unos planos que se entrelazan. A pesar de la enorme diferencia de formatos, cada imagen parece ser inseparable de las demás, como una trama, inquietante por su fragilidad pero cargada de belleza: “parto siempre de un escenario algo onírico donde no hay apenas distancias y el acontecimiento sucede en todos los planos a la vez”.

Hasta el 4 de Mayo.



Galería Antonio Machón

Alberto Reguera / Campo de visión


La pintura de Alberto Reguera no se resigna al plano. Huye, corre por anchos bordes y cantos como un condenado que escapase de su prisión. A veces llega hasta las paredes, y otras se instala erguida junto a nosotros, posando su cuerpo sobre el mismo suelo en el que descansan nuestros pies. Sí, la obra de Reguera se sobrepasa a sí misma. Critica y se desentiende, como hiciera el crítico de arte norteamericano C. Greenberg, de “la pintura de caballete, ese cuadro trasladable que cuelga de una pared”. Nos hallamos por tanto ante una renuncia y una reivindicación. Renuncia de todo aquello que suponga un límite, ya sea de tipo físico o visual, para reivindicar así una apertura total en la que el espectador camine por la pintura no sólo con la mirada, sino con su propio cuerpo. En sus instalaciones pictóricas, cada pintura-objeto adquiere la fuerza y energía de la propia naturaleza. Los colores abrasivos de sus pigmentos son insustituibles para una abstracción que representa luces crepusculares, fragmentos cósmicos, territorios nocturnos y océanos cúbicos.

Hasta el 19 de Abril.



Galería Helga de Alvear

Ángela Bulloch / Smoked, Formed & Quartered


En los años 90, aparecieron en el panorama artístico londinense el grupo Young British Artists, destacados por la utilización de nuevos materiales desconocidos hasta entonces por el arte. Así, Damián Hirst se dio a conocer utilizando en sus obras cadáveres de animales disecados y Ángela Bulloch por su parte se dedicó a indagar sobre las posibilidades de las nuevas tecnologías. Porque, como dice Arthur C. Danto “lo que importa no es con qué nos relacionemos sino cómo nos relacionamos”.
Las dos obras que conforman esta exposición de Bulloch, Smoked Spheres y Night Skies, se entienden como síntesis y evolución de su trabajo. Aunque lejos ya de sus famosas “pixel boxes” en las que ponía de relieve la codificación intrínseca en medios como el cine, sus instalaciones actuales mantienen como factores inalterables módulos, luz y movimiento. Bulloch sigue socavando nuestro sistema de percepción visual, y para ello revisa movimientos como el Op Art a través de la tecnología.

Hasta el 30 de Abril.



Galería Joan Gaspar

Enrique Brinkmann / Mallas y papeles recientes


La galería Joan Gaspar de Madrid nos ofrece el privilegio de escuchar las cosas que nos dice la obra más reciente del malagueño Enrique Brinkmann. Desde la década de los noventa, su pintura atraviesa, de forma literal, un soporte muy peculiar. Persiguiendo la tridimensionalidad de la pintura, Brinkmann había usado anteriormente el metacrilato, pero es sin duda con la malla metálica con la que ha conseguido revelarse definitivamente contra la lección vanguardista de que la pintura es plana. Entre lo real y lo representado, su obra se compone de diferentes espacios, siendo a la vez un delante, un detrás y un adentro. ¿Qué ocurre entre la pintura de la malla metálica y las sombras de la pared?, nos preguntan obras como Próximos tiempos acuáticos (2006) o Suceso horizontal (2007). Pero, frente a la transparencia y levedad de estas piezas tenemos las más recientes, como Siete burbujas negras (2008), opacas, densas, pintadas desde atrás para poner de relieve, otra vez más, una poética plástica de la emoción.
Hasta el 30 de abril.
Jennifer Calles.

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