domingo, 10 de mayo de 2009

ENTREVISTA 1




MARCOS ROCA


Marcos Roca enseña desde 1990 Literatura Española en la Universidad Complutense de Madrid. Nos habla de algunos de los aspectos más interesantes del panorama universitario. De su mano, descubrimos el funcionamiento de la Universidad para Mayores, cuya dirección está a su cargo desde 2007.



- ¿Cuándo y de qué manera se llega a la decisión de formar una Universidad para Mayores?
- El proyecto es una idea de la Comunidad de Madrid hace diez años. En el Año Internacional del Mayor decidieron crear un Programa específico para mayores. En este momento la Comunidad subvenciona estos Programas en todas las universidades públicas de la ciudad. Un mayor de 55 años puede disfrutar así, de un Programa durante tres años tras los cuales acaba. Sin embargo, nos encontramos con un problema fundamental, y es que no se quieren ir. A los mayores les gusta estar aquí, saben aprender y quieren continuar, están su derecho. Por ello se ha ido desarrollando un segundo ciclo que abarca tres años más.

- Sabemos que el proyecto está teniendo una gran acogida. De vista a un futuro, ¿se contempla la posibilidad de incrementar el número de plazas?
- Sí, se está disparando el número de solicitudes. Para la admisión tenemos que hacer un examen de selección pero mucha gente se queda fuera. No damos abasto, aunque también es verdad que cada vez la Universidad lo apoya más. Desde el Rectorado se han implicado muchísimo, y gracias a eso podemos ir creciendo. Tenemos la sede de Moncloa pero también en Somosaguas y en la Escuela de Óptica que está en San Blas.

- ¿Cómo te surge la oportunidad de ser el director de la universidad de mayores?
- Surge porque fui profesor del Programa y fue una experiencia increíble. Los mayores son un tipo de alumnos ejemplares, están muy motivados y carecen de la angustia que caracteriza a los estudiantes jóvenes, es decir, son competentes pero no compiten. Quieren aprender para seguir construyéndose como personas. Es tal el ambiente que se crea en la clase que resulta una experiencia muy buena. Los romanos tenían una frase que decía: “Ubi vene ibi patria”, que significa “allá donde estés bien, haz tu casa”. Y es lo que yo he hecho. Como me sentía tan bien, la vicerrectora pensó que quizás yo podía encargarme. Llevo un año y medio y estoy encantado. Es muchísimo trabajo, pero el proyecto es muy bueno y tengo un equipo extraordinario. El tiempo que dedicamos es mucho porque además de las asignaturas que se imparten de lunes a jueves, organizamos como unas 140 o 150 actividades, unos quince viajes culturales, conferencias, ciclos, etc.

- ¿Qué programa de asignaturas se sigue?, ¿difiere mucho del plan de estudios general de la Complutense?
- El Programa aún carece de reconocimiento oficial, pero la Universidad ha aprobado un plan de estudios donde están presentes casi todas las áreas de conocimiento. Hay matemáticas, arte, literatura, antropología, música… El segundo ciclo es ya más de especialización, con conferencias y seminarios que pretenden profundizar en los temas que más les interesa. En todo caso es un plan de estudios que habrá que renovar en algún momento, porque a medida que avanzamos nos damos cuenta de que faltan algunas materias que no están presentes.

- ¿Ellos vienen con la intención de especializarse en algo o no?
- Hay de todo, algunos ya son licenciados, otros tienen doble licenciatura y otros nunca han estado en la Universidad. El nivel, en general, es buenísimo, por eso por un lado es bastante difícil para el profesor lidiar con tantos niveles en una misma clase. Aunque es un público crítico y exigente, combina la crítica con el cariño y la entrega, quieren calidad.

- Desde tu papel ya no como director sino como docente, ¿crees que la diferencia de edad con respecto a un alumnado más joven se nota mucho? ¿con cuál te encuentras más a gusto al enseñar?
- Hay algo que es fundamental, los mayores no estudian con la angustia de tener que competir, sino que estudian para crecer. A mí me gusta siempre apuntar, como dice un antropólogo inglés, que la edad de la jubilación es la edad del trabajo sobre la propia identidad. Es decir, están encontrándose, descubriendo quiénes son, y la universidad es una clave, una llave que les estás proporcionando. Son felices, muchos dicen que les ha cambiado la vida. Además, hay estudios médicos que demuestran que el hecho de estudiar a partir de la jubilación minimiza cualquier tipo de dependencia futura. Con los jóvenes también estoy bien, me gusta lo que hago, creo que no sabría hacer otra cosa que ser profesor.

- Estos estudios de la Universidad de Mayores, ¿cómo se reconocen a nivel oficial?
- Hemos luchado muchísimo y hemos conseguido entre todos algo fundamental: una ley nueva para que los mayores accedan por fin a las titulaciones oficiales. La idea es que hicieran primero nuestro curso, preparándose perfectamente para después, tras un examen, poder acceder a una licenciatura. En ese sentido Bolonia es interesante, porque se contempla la figura del estudiante “parcial”, que tiene bastante libertad para ir diseñando un poco su estrategia, su itinerario, y eso beneficia a los mayores.

- ¿Qué opinión te merece el plan de reforma universitaria, el llamado Plan Bolonia?
- Hay aspectos con los que estoy muy contento, por ejemplo, el planteamiento que hay de la clase pequeña, participativa. Reconocer por fin, en créditos, el trabajo fuera del aula, la enseñanza activa del estudiante, su protagonismo y la asistencia. Todo eso se gana, pero se han perdido cosas.

- Y en cuanto a becas y ayudas para jóvenes, ¿crees que están suficientemente publicitadas? ¿se nos presentan claras las becas y salidas profesionales?
- Por supuesto que no. Falta información y hay que potenciar todas esas becas que se están potenciando y en las que se implicarán también las empresas. La verdad es que intentamos cada vez más imitar el espíritu universitario norteamericano, pero allí sí que tienen muy claras tanto las becas como los caminos de salidas profesionales. Aquí falta esa información, lo que causa un desconcierto preocupante entre los alumnos.

- Y el número de éstas, ¿es suficiente?
- Creo que no es suficiente y por ello hay que ampliarlas. Uno de los objetivos fundamentales de Bolonia es encajar la universidad en la sociedad. Pero hay que pensar que este encaje también es reversible, la sociedad y todas las instituciones de la misma tienen que implicarse, sobre todo económicamente. No sólo me refiero a las instituciones políticas, sino también las privadas, y ambas desinteresadamente. Por eso las becas siguen siendo hoy su particular asignatura pendiente.

- En tu opinión ¿cuáles son los métodos más adecuados para impartir clases al estudiante universitario? ¿Siguen teniendo sentido las clases magistrales o hay que esforzarse por conseguir una mayor interacción entre profesor y alumnado?
- Mi forma de dar la clase es un poco atípica, yo nunca he dado una clase con el método “magistral” porque no me interesa en absoluto. A mí lo que me interesa es cómo afecta la literatura en la vida del estudiante, como decía Pedro Salinas, “transvivirse en los textos”. Yo soy profesor de Literatura y lo que pretendo es esa apropiación y esa transformación desde la Literatura. Luis Cernuda decía que sólo se aprende algo si te transforma en alguna medida la vida. Tiene que haber una transformación en el alumno, ese es el objetivo. ¿Cómo se consigue?, pues casi nunca con una lección magistral, sino con una interacción a través de los textos, en ese sentido Bolonia ampara esta metodología. Es un sistema de participación, interacción, preguntas, celebración de textos en la clase, etc… Todo esto ahora recibe un valor que antes no tenía.

- ¿Cómo ves las salidas profesionales para los jóvenes estudiantes que acaban estudios de Humanidades?
- Las veo muy bien. He leído varios informes europeos y conozco la situación en Estados Unidos. Cada vez se están valorando más los estudios de Humanidades para dirigir todo tipo de proyectos, tanto empresariales como institucionales. No debemos extrañarnos que un chico licenciado en filosofía esté dirigiendo una multinacional. Antes esto no era posible, ahora lo será. En Humanidades, España es una potencia mundial. Por eso cada vez recibimos más estudiantes Erasmus y de programas norteamericanos, a parte de los que vienen sólo a estudiar español. Pero no podemos bajar la guardia, no podemos consentir que desaparezca ninguna titulación de humanidades.

- Por último, ¿está desatendida la educación en el campo de la investigación?
En este momento sí que lo está por la crisis económica. Bolonia también potenciará la inversión en este campo y habrá muchísimos más proyectos e investigaciones en esa línea. Además, ahora es más fácil que un estudiante de posgrado pueda participar en estos proyectos. Antes era mucho más difícil. Afortunadamente las cosas están cambiando.

Entrevista de Jennifer Calles y Luis Cáceres.

7 comentarios:

  1. hola!
    Me ha hecho mucha ilusión encontrarme con esta entrevista, a este hombre, y me considera una persona muy afortunada al decir que en estos momentos Marcos Roca es mi profesor de literatura, es un hombre estupendo y un profesor excelente, y como bien dice en esta entrevista, sus clases son atípicas. Con él estudiamos la literatura de cerca, desde la fuente, con textos, y todo muy participativo, cada uno aportando su granito de arena. Marcos, gracias por haberte cruzado en mi camino.

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  2. Soy uno de los mayores que se mencionan en este artículo y he tenido el inmenso placer de comenzar teniendo en mi primera clase de literatura al profesor Marcos Roca. Puedo asegurar que ha sido una de las mejores experiencias que he tenido el placer de disfrutar en mucho tiempo. Este profesor rezuma literatura por todos sus poros y consigue transmitirla con una facilidad pasmosa. Espero ansioso su próxima clase. Lorca y su poesía ya no serán los mismos después de haberle escuchado.

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  3. Yo también he sido alumno de Marcos Roca y ,sin poner en duda sus conocimientos en las materias que imparte, tan solo reseñar que fue uno de los profesores más pedantes, engatusadores y narcisistas con los que me he encontrado.
    El típico encantador de alumnas púberes...

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  4. Marcos es el mejor profesor con el que me he topado, en hasta dos países. Ama la vida, adora la literatura y es universalmente querido por todos los estudiantes que conozco, hasta de cortes diferentes. Es un pedazo de profesor, y nada ni pedante ni narcisista.

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  5. Fui alumno de Marcos Roca hacia 1997-98, de Literatura Española Actual en la Complutense. Éramos un grupo muy pequeño, como de unas 5 ó 6 personas. Le recuerdo con mucho cariño. Él fue, sin duda, mi mejor profesor durante la carrera de Filología Hispánica. Le deseo lo mejor, porque de verdad se lo merece.
    Marcos Alcaine Soto
    marcosalcaine@gmail.com

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