sábado, 2 de mayo de 2009

ENTREVISTA 2



CHEMA MADOZ


Premio Nacional de Fotografía en el año 2000 y uno de los artistas españoles más admirados por el espectador, Chema Madoz nos habla de su participación en la exposición organizada estos días por Artendencias, que reúne a todos los premiados con este galardón.





- ¿Cómo contacta contigo Artendencias?
- Contactan desde que nace la idea de organizar una exposición con los Premios Nacionales de Fotografía, me imagino que en ese momento se comunican con cada uno de los participantes de la muestra.

- ¿Qué te parece la idea por la que surge este proyecto, es decir, exponer junto con los otros Premios Nacionales de Fotografía?
- En un primer momento, yo tenía bastantes dudas en cuanto a cómo podría funcionar una exposición de estas características. Me refiero sobre todo a que los fotógrafos que tienen el Premio Nacional se encuentran en universos muy diferentes, muy distintos. Lo más normal es ver las exposiciones de cada uno de ellos por separado. Verlo todo reunido era, en mi opinión, un poco caótico, de alguna forma era una especie de desafío. La organización de Artendencias ha sabido componer el trabajo de todos nosotros con cierta gracia. Me refiero a que han sabido encontrar varios vínculos conductores, temas sobre los que ir eligiendo una serie de imágenes y formar de esta manera diversos discursos, constituyendo así varias lecturas acerca de las obras. Esto permite darle una gran coherencia a la exposición y no dejarlo en un mero recorrido de nombres y obras sin sentido.

- En esta exposición podemos ver obra fotográfica de muy diversos artistas ¿Con cuál de los que están representados en este espacio te podrías sentir más identificado?
- Creo que me siento identificado por ejemplo con Fontcuberta. Le recuerdo desde que yo comencé a hacer fotos, momento en el que él ya llevaba muchos años trabajando. Fontcuberta me atraía enormemente porque consideraba que se movía en un universo que para mí era muy interesante. Es un fotógrafo que ha ido desarrollando un maravilloso discurso, muy personal y único, a lo largo de los años. De alguna manera sí que me identifico con él, aunque no haya una afinidad entre su trabajo y el mío. Siento una cierta afinidad con él, digamos que “espiritual”, por su trabajo.




- ¿Cómo ves el panorama de la fotografía actual dentro del mundo del arte hoy por hoy? ¿Crees que es una tendencia que está en auge?
- Bueno, creo que hoy todos somos conscientes de alguna forma de que la presencia de la fotografía está siendo muy evidente y muy palmaria durante los últimos años dentro del panorama artístico. Yo pienso que ha ocupado el lugar que hace años no tenía y que, evidentemente, estaba reclamando. Creo que está pasando por un buen momento, aunque también muy convulso en la medida de que la fotografía está renovándose continuamente Con la fotografía digital se está cambiando el discurso, se está cambiando todo. Es algo que afecta a la naturaleza de la fotografía en sí.

- ¿Qué opinas sobre la realidad cotidiana de que ahora todoel mundo pueda hacer fotografía?
- Sí, es un medio muy cercano. Y a mi siempre me han parecido interesante los medios que pueden llegar a muchísima gente. Porque de esta forma queda ahí la posibilidad de que puedan surgir otros fotógrafos y otras maneras de hacer fotografía, otras miradas. Aunque también, si lo piensas con un poco de frialdad, al final es como en el caso del escritor… es decir, lápiz y papel tenemos todos, pero ¿cuántos escritores hay? Bueno, en todo caso, sí que me parece interesante que la fotografía esté al alcance de todo el mundo.


- A lo mejor te lo habrán dicho mil veces, tu fotografía recuerda mucho a las imágenes de Joan Brossa, con el que de hecho has trabajado ¿qué significa para ti la figura de este artista?
- Me lo han preguntado muchas veces, y creo que siempre contesto lo mismo. Yo conocí a Brossa, y lo que lamento es no haber descubierto su trabajo con antelación. La producción artística de Brossa la conocí hacia el año 1992 o 1993, cuando le hicieron una gran exposición en el Museo Reina Sofía. Entonces, yo ya llevaba un tiempo trabajando con objetos sin conocer su trabajo. Cuando vi su exposición en el Reina Sofía, fue muy impactante para mi, porque me encontré con una persona que había estado trabajando en algo que yo sentía como muy cercano, pero con muchos años de antelación. De modo que todo ésto es algo que a mi me hubiera encantado conocer con anterioridad, por ejemplo cuando estaba estudiando en la universidad. En ese momento yo no conocía nada suyo y por eso fue muy chocante y revelador conocer su trabajo. Luego tuvimos ocasión, más adelante, de conocernos y colaborar juntos. Yo siempre lo he sentido como un universo muy cercano al mío. Él con otro tipo de preocupaciones, porque de alguna manera refleja también un momento muy concreto de la historia de nuestro país. En el sentido de que hay imágenes que giran en una especie de antimilitarismo, crítica religiosa y política. Lo que quiero decir es que hay una serie de temas que ocupan o, mejor dicho, cuya forma de tratarlos está situada en un periodo de la historia muy concreto y mi trabajo ya no…

- ¿Quieres decir qué las preocupaciones ya no son las mismas?
- Exactamente, sin embargo sí que hay una relación que está ahí, que salta a la vista, entre dos maneras de trabajar, entre dos sensibilidades muy cercanas.

- Por último, ¿qué fotógrafos son los que ahora mismo tienes en mente o, a lo mejor, a los que tú darías el próximo Premio Nacional de Fotografía?
- Por ejemplo un nombre que siempre me ha parecido que debería estar aquí sería el de Daniel Canogar, que se ha quedado fuera. El año que yo gané el premio, pensaba que él era el mejor candidato, aunque no salió. Supongo que en todas estas historias siempre hay algo de lotería. Entonces, unas veces te toca y otras veces te quedas fuera. Pero me parece que tiene un trabajo fantástico y que debería de estar ahí.

Entrevista de Jennifer Calles y Luis Cáceres.

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