domingo, 1 de marzo de 2009

ENTREVISTA

OLGA SIMÓN


Olga Simón forma parte de esas personas apasionadas por el arte y por la vida para las que la creación es, más que nada, una necesidad. Tanto su fotografía como sus estudios son prueba de la curiosidad que siente por la vida y por sí misma. Después de su última exposición celebrada en Madrid, Jardín polar, en la que nos invitaba a caminar imagen a imagen por un paisaje exterior-interior en continuo cambio y transformación, nos concede una entrevista en la que esperamos poder conocer algo más de esta artista y de su obra.



¿En qué momento empiezas a interesarte por la fotografía?
Soy licenciada en Bellas Artes. Descubrí la fotografía durante mi carrera y encontré en ella un medio idóneo de expresión que me permitía conseguir cosas diferentes respecto a lo que lograba con otros medios de creación.

¿Qué te seduce de la fotografía?
Múltiples aspectos. Me seduce que se asocie a la realidad, pues esto deja el campo abierto a usarla como herramienta de ficción. Su capacidad de transportar en el tiempo, tanto hacia el pasado como hacia el futuro… como a otros posibles mundos paralelos.
Soy fotógrafo de intangibles: sueños, ideas, miedos… Me seduce usar un medio supuestamente objetivo para plasmar sentimientos subjetivos. Poder usar mundo exterior para investigar, conocer y proyectar el mundo interior.
En realidad, me interesan todos los medios de expresión. Cada uno tiene sus propias características, aportan posibilidades distintas… y yo hago uso de ellas.

¿Qué fotógrafos admiras y cuáles son los que más te han influido?
Admiro a muchos fotógrafos, artistas, pintores, escultores, poetas, literatos… y a mucha gente que no pertenece al mundo del arte.
John Everett Millais y su obra Ofelia. Los libros de Juan José Millás. Louise Bourgeois… Admiro a muchos creadores y a sus obras.
La lista, ceñida a la fotografía, sería interminable: Francesca Woodman, Sam Taylor-Wood, Ellen Kooi, Gregory Crewdson, Anni Leppala…
La persona que más me ha influido como fotógrafo es Duane Michals. Ha supuesto un punto de inflexión en mi trabajo y me atrevo a decir que en el rumbo de mi vida.


¿Qué papel crees que juega la fotografía en el mundo del arte?
Va tomando el papel que le corresponde. Cuando empecé en este mundo aún existía el debate en el que había que defender la capacidad artística de la fotografía como medio. Éste ya está superado… y por tanto el papel de la fotografía es el de ser una herramienta más de creación.

Y…tras las recientes ferias de ARCO y Art Madrid, ¿qué papel crees que juega la fotografía en el mercado del arte?
Se ha integrado. Vivimos en un mundo en el que impera la imagen… Tenía que llegar el momento en que las cosas no podrían ser de otra manera.

La belleza implícita de tus imágenes hace pensar en poesía visual, ¿cómo definirías la fotografía que haces?
Estoy de acuerdo que mis fotografías son estéticamente bellas y que mi trabajo puede resultar poético. No obstante lo primordial para mí es la elección de los temas.
Estoy realizando la tesis doctoral centrada en la fotografía como vía de introspección, como medio que nos permite bucear en los recovecos más profundos del ser.
La belleza es algo que me acompaña, me atrae, surge en mi trabajo… pero sin contenido para mí sería algo vacío… efímero, caduco.


En tu caso, ¿una buena foto se busca o se encuentra?
Ambas posibilidades coexisten. Las busco y provoco en muchas ocasiones. Fotografío sueños, ideas, sentimientos… y difícilmente los “capturo” por la calle.
No obstante estoy atenta a la vida… y en ocasiones me he encontrado de frente con elementos que daban forma explícita a mis ideas.

Un rasgo muy característico de tu obra es que casi siempre utilizas el color…
Comencé fotografiando en blanco y negro, fascinada por el grado de abstracción que esta vía ofrece. Pronto descubrí que mi mundo es en color. Mis sueños son en color.
Fue Duane Michals quien me animó a continuar trabajando en color. Destacó que mi forma de usarlo era en sí mismo un lenguaje propio.

En tu última exposición Jardín polar, Miguel Fernández-Cid habla de paisajes emocionales ¿Tiene esto que ver con tu doctorado sobre la fotografía introspectiva?
Si, está totalmente relacionado. El texto de Miguel Fernández-Cid es todo un regalo. Supo meterse en mi cabeza, entender mis inquietudes… supo ver mi trabajo. Nunca se hubiera podido plasmar mejor.

Con las cartas congeladas que conforman Jardín polar introduces el lenguaje en la fotografía, y el lenguaje como paisaje… ¿estas cuestiones formaron parte de tu proceso creativo, o fue todo mucho más visceral?
Jardín polar nace a raíz de una única carta. LA CARTA.
Como todos mis trabajos, parte de una experiencia personal, con lo que el punto de partida siempre es visceral. Después hay todo un proceso en el que se provocan cosas, mientras que otras surgen por si solas, de manera espontánea.
A la hora de trabajar, introduzco el lenguaje, la palabra, la instalación, la fotografía, la luz, la costura, la pintura... Cuando necesito expresar o plasmar algo, hago uso de aquellos medios que me facilitan la posibilidad de hacerlo. Es así de sencillo.

¿Estableces diferencias entre narcisismo e introspección?
Las hay desde la propia terminología. Pero cuando empleo la palabra “fotografía narcisista” la empleo en el sentido de “introspección”.
Enamorarse de uno mismo o creerse el centro del mundo, no es lo que me interesa.
Investigar en uno mismo para comprender la propia visión que uno tiene sobre el mundo, sí. Me parece valiente.


Llegar al público, ¿es algo que te preocupe?
En un primer momento realizo mi trabajo respondiendo a mis propias inquietudes. Después, si va a ser visualizado, pienso mucho en cual es la manera en que va a percibirlo el espectador, con el fin de que una y otra cosa mantenga cierta coherencia.
La realidad es que nada es inocente. En cuanto algo se cuelga en una pared y otra persona la observa, el diálogo que el espectador entabla con esa imagen es en cada caso particular, dependiente de sus condiciones, conocimientos, sensibilidad, experiencia de vida… Me interesa que mi trabajo interese. Me llena de satisfacción saber que no deja indiferente.

En Jardín polar utilizas hielo, un material “indefinido”, “en fase de transformación”… ¿te interesan los efectos sorpresa de los materiales?
En general me interesan los efectos sorpresa de la vida.
En el caso de Jardín polar investigué entorno a la idea de cambio y evolución. Trabajé con el hielo por exigencias de mi propio guión. Pero es cierto que me sorprendió lo que iba encontrando durante el proceso. Me hizo descubrir cosas…

¿Trabajas por series temáticas?
Todos tenemos nuestros grandes temas.
En ocasiones una duda o emoción queda plasmada en una única foto. En otras ocasiones requiere más y opto por realizar una serie… Pero al final todo pertenece a lo mismo. Responde a unos intereses propios… Creo que podrían “agitar” todas mis imágenes… y el resultado continuaría formando parte de un mismo todo… sin demasiadas diferencias.

¿Qué proyectos tienes pendientes?
Continuar viva!!! Permitir que la vida me siga sorprendiendo. Continuar trabajando intensamente en aquello que me interese, con la misma constancia, curiosidad e ilusión.

Por último, ¿podrías dar algún consejo a quien empieza?
Las únicas claves que podría ofrecer son las que me repito a mí misma:
Respetar tu propio trabajo. Trabajar incansablemente. Buscar tu camino en la vida y desarrollar tu propia filosofía. Estamos en una carrera de fondo, donde lo importante no es llegar a la meta, sino aprender y disfrutar de cada paso del camino.


Entrevista: Jennifer Calles.

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