jueves, 5 de marzo de 2009

LITERATURA: Librería



YVETTE SÁNCHEZ / ROLAND SPILLER. La poética de la mirada.

En el libro La Poética de la Mirada de Yvette Sánchez y Roland Spiller, se alude a la mirada del poeta o del escritor. En uno de sus capítulos se analiza la obra de Julio Cortazar, y el sentido de pérdida que, para el escritor, la mirada lleva implícito. “ Me quedo pensando en todas las cosas que no veré yo, el juntador de hojas secas..”. Del mismo modo, Borges, el poeta ciego, en sus versos hace referencia a la limitación de la mirada, cuando ésta desea alcanzar la visión totalitaria del universo; “De la suma de las cosas del orbe ilimitado, vislumbramos apenas una que otra”.
Es en otro de los párrafos, donde tomando como referente la obra de Machado, Vidas improbables, se nos plantea la mirada que va más allá de lo aparente, la mirada interior; es en este caso Juan de Mairena quien nos interroga: "¿Pensáis, que un hombre no puede llevar dentro de sí más de un poeta? Lo difícil sería lo contrario que no llevara más que uno".


JOACHIM GASQUET. Cézanne. Lo que vi, lo que me dijo.

A lo largo de la historia, la mirada ha sido motivo y fuente de inspiración para escritores, poetas y artistas. El magnetismo de ésta, no exento de cierta capacidad cognoscitiva, sobre el objeto o persona mirada o admirada, ha sido un continuo referente en el arte. Para algunos es cuestión de aprendizaje. Sin embargo, la mirada del pintor se escapa a toda disciplina rigurosa. Autores, como Joachim Gasquet en su obra Cézanne Lo que vi y lo que me dijo, hace continúas referencias al gesto y la mirada de Cézanne, dotándola en cierta medida de una capacidad unitiva “aquel expansivo, tan contenido sabría expresar todas las riquezas de una caridad tanto mas refinada cuanto que en uno solo, se dirigía por decir así, a todos”. Es significativo, como en el texto la experiencia de ver y tener se fusionan: "Cézanne miraba y leía muy despacio, casi dolorosamente,… el trozo del mundo que arrancaba a la tierra o al libro, se los llevaba, grabados, ocultos en su interior... "

MERLEAU PONTY. El ojo y el espíritu.

Merleau Ponty a través de su obra El ojo y el espíritu, nos introduce en el universo pictórico. El pintor presta su cuerpo al mundo para cambiarlo en pintura. Es el ojo del pintor el que se conmueve ante determinado impacto, capta el instante del mundo y lo hace visible a través de los trazos de la mano. Para Ponty, todo lo visible está tallado en lo tangible. Del mismo modo, el modelo cartesiano de la visión es el tacto. Los ciegos, dice Descartes, “ven las manos”.
La visión del pintor es un nacimiento continuado, el pintor pinta para surgir. Entre el pintor y lo visible existe una inversión de papeles, por ello muchos pintores han dicho que las cosas los miran. André Marchand siguiendo a Klee: “En un bosque he sentido muchas veces que no era yo quien miraba el bosque. Ciertos días he sentido que eran los árboles los que me miraban, que me hablaban…. Yo estaba allí, escuchando”. Momento de inspiración en que es difícil discernir quien ve y quien es visto, quien pinta y quien es pintado.

DIDI-HUBERMAN. Lo que vemos lo que nos mira.

El título del libro Lo que vemos lo que nos mira de Didi- Huberman, sugiere la paradoja que el acto de ver lleva implícito, éste solo se despliega cuando se produce la escisión, que separa en nosotros, lo que vemos de lo que nos mira. En uno de los capítulos del libro se retoman las ideas de Ponty proponiendo en ellas una enseñanza: debemos cerrar los ojos para ver cuando el acto de ver nos remite, nos abre un vacío que nos mira, nos concierne y, en un sentido nos constituye. Didi-Huberman explicita en uno de sus párrafos este vacío con la frase de San Juan ante el sepulcro de Jesús “et vidit et creditit,” “Creyó porque vio”, San Juan no vio “nada”, justamente este vacío de cuerpo será lo que desencadena la dialéctica de la creencia. Para Didi-Huberman, la experiencia familiar de ver está en íntima relación con el tener; viendo algo tenemos la impresión de ganar algo. Cuando ver es sentir, algo inevitablemente se nos escapa, cuando ver es perder Todo está allí.


Iriarte.

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