miércoles, 11 de marzo de 2009

FOTOGRAFÍA



Walker Evans en la Fundación Mapfre

Del 15 de enero al 22 de marzo se puede ver en la Fundación Mapfre una exposición de fotografía de Walter Evans (1903-1975), que tras abandonar Francia fue en busca de una imagen más autóctona, la norteamericana del primer tercio del s.XX.
Creador de la fotografía documental, la exposición comprende una amplia selección de instantáneas tomadas entre 1928-1975 realizadas en gelatina de plata. En ellas Walter recoge imágenes de las ciudades que poco a poco van emergiendo en una sociedad capitalista, del cambio de sus ciudadanos y en definitiva de la creación de una nueva sociedad.
Su manera de captar esa realidad es siempre imparcial, de fría mirada, sin edulcorar lo que ve, sólo enfoca y capta. Es un gran testimonio para comprender la historia del pueblo norteamericano y de otros lugares, como por ejemplo Cuba, pues se exponen unas fotos de esa serie. La mayoría de las fotografías pertenecen a colecciones privadas, por lo que resulta satisfactorio poder verlas.
Es interesante la concepción que tiene Evans de la fotografía pues su obra está lejos de lo que se consideraba arte en fotografía, y se dedica a captar aquellos rostros tristes, aquellas caras llenas de incertidumbre, de dudas sobre su futuro y de preocupación por el presente. Las fotografió Walker Evans en blanco y negro, primero con su Leica, después escondiendo su Contax de 35 mm. Allí están los verdaderos rostros del pueblo americano. La deprimida historia de la América del interior, el país profundo. También la pobreza, la incertidumbre, vivía en los barrios, en las calles, en las casas o los transportes de las grandes ciudades. Las primeras, las fotos de la gente del campo que mira a la cámara, granjeros de Alabama, niños tristes de Virginia, mujeres preocupadas en los tiempos de la Gran Depresión. Las otras son fotos de ciudadanos de la clase trabajadora, de olvidados de la fortuna, que se mueven por las muelles de Brooklyn o por las calles del Bronx.

Victoria-Ana Elunku Asanqono.



BLURB.COM


Algunos de vosotros, mientras leéis esto, lleváis una cámara en el bolsillo. En cualquier momento la sacáis, hacéis una foto y la subís a Tuenti, a Facebook, o a dondequiera que sea que subís vuestras fotos, jovenzuelos. Y ni siquiera se os pasa por la cabeza sacar una copia en papel, ¿a que no? Parafraseando libremente la canción ochentera, podríamos decir que “la cámara digital mató al papel con brillo”. O no. Precisamente Internet, supuesto verdugo de la fotografía tal y como la entienden nuestros padres, ofrece una sorprendente tercera vía. Subid al aula de informática y entrad en una página que se llama blurb.com. Estos señores se dedican a fabricar libros con las fotos de la gente. Entras, te registras, te bajas un programa, vas pegando tus fotos y, cuando terminas, subes tu libro y encargas tantas copias como quieras. A partir de diez euros, más gastos de envío, puedes tener el tuyo. El resultado es parecido a los de Taschen. Luego, si os escuecen la ambición o los delirios de grandeza, también podéis ponerle un precio y daros de alta en Google Books, y así cualquier persona del mundo os lo puede comprar. Pero, como digo, la sensación de tener tus propias fotos cuidadosamente editadas en la estantería ya merece la pena. Yo acabo de terminar un libro con imágenes de Estados Unidos que se titula SIDEWALK. Y como tengo un morro que me lo piso, lo promociono aquí, en el periódico de la facultad. Ya que estáis en blurb.com, buscadlo y echadle un ojo. El programa te permite mirar las quince primeras páginas de todos los libros, como si estuvieses en una librería. ¿Muerte a la foto en papel, entonces? No: más bien muerte a los álbumes horteras.

Rfa.

1 comentario:

  1. Permiteme que difiera un poco en cuanto al oscar de Rourke, Si hollywood está reviviendo al mito que no le quite el caramelo a última hora, Sean Penn ya tiene demasiados premios, un saludo!!, seguiré tu blog!!.

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