sábado, 14 de noviembre de 2009

AUDIOVISUALES


Videoarte: las video-pinturas de Bill Viola

Las primeras maquinas que registraban imágenes en movimiento eran caras, pesadas y aparatosas. Por ello, solo eran utilizadas en los estudios cinematográficos con suficiente dinero para comprarlas y espacio para ponerlas. En esos tiempos, ninguna persona era capaz de sacar esos aparatos a la calle con sus propias manos y hacer reportajes al aire libre. Pero todo cambio a principio de la década de los 60 cuando Sony creó un aparato ligero y manejable que revoluciono el mercado: la cámara de video portátil. A partir de ese momento, todo aquel que quisiera y pudiera comprar las primeras videocámaras (bastante caras en un principio) podría sacar el aparato a la calle y grabar como sus hijos se revolcaban en la arena de la playa o como sus nietos apagaban las velas de cumpleaños. Los recuerdos pasaron de ser fotografías paralizadas en un segundo a ser imágenes en movimiento que duraban minutos. Y con el paso del tiempo esta videocámara inicial se ha ido desarrollando hasta convertirse en un aparato cada vez más ligero, más pequeño y más democrático.


Durante todos estos años desde su creación, muchos artistas se han visto atraídos por este aparato y lo han utilizado para expresar con imágenes en movimiento sus preocupaciones, sus emociones y sus visiones del mundo. Este interés artístico por la videocámara empezó ya desde su aparición en el mercado y pronto surgió un nuevo estilo artístico llamado videoarte del que Nam June Paik y Wolf Vostell son considerados los padres. De hecho, el primero de ellos se considera el primer artista de la historia que utilizo una cámara portátil con una finalidad estética: el 4 de noviembre de 1965 grabó desde un taxi lo que pasaba en las calles de Nueva York durante la visita del Papa Pablo VI presentando así su visión subjetiva del evento lejos de la realidad oficial de las noticias. Desde entonces numerosos artistas han seguido sus pasos y han utilizado la tecnología video, bien fuera electromagnética o digital, como nuevo soporte para la creación artística. Pero entre todos los videoartistas de la historia, Bill Viola (Nueva York, 1951) se puede considerar uno de los artistas más reconocido internacionalmente en el mundo del video con gran número de premios a sus espaldas. De hecho, este año se le ha entregado en nuestro país el Premi International Catalunya, premio de 100.000 euros que por primera vez recaía en un artista visual.

Las obras de Bill Viola pueden ser definidas como video-pinturas porque sus trabajos están a mitad de camino entre el video, caracterizado por las imágenes en movimiento, y la pintura, caracterizada por sus imágenes paralizadas. Pero ¿cómo es posible que sus trabajos se acerquen a la pintura si siempre ha utilizado el video como soporte? La respuesta es sencilla: por el uso de un recurso estilístico, la cámara lenta, con la que modifica la percepción del tiempo. Esta percepción temporal ha interesado a Viola desde pequeño cuando sufrió una experiencia traumática: a los 6 años casi se ahogo en un lago y, aunque apenas permaneció 5 segundos debajo del agua, aquel momento se le hizo eterno. En ese momento comprendió “que el tiempo no es como lo marca el reloj de la pared, sino como lo sientes”. De ahí que haya utilizado la cámara lenta de forma obsesiva en todas sus obras. Gracias a ello, los gestos, los movimientos de los músculos y las expresiones de los protagonistas de sus videos se muestran tan lentamente que vemos todos los detalles. Solo así “podemos comprender conscientemente lo que vemos”.

La utilización de la cámara lenta no solo tiene una finalidad estética sino también espiritual para Viola. El artista siempre ha estado preocupado por la condición humana y ha reflexionado sobre ello en todas sus obras a través de temas recurrentes donde el hombre está al límite: el nacimiento, la muerte, el dolor, el amor o la relación del hombre y la naturaleza. La presentación de estos temas a cámara lenta da un sentido espiritual y casi religioso a sus videos y ayuda a conmover a los espectadores que están invitados a reflexionar sobre la humanidad y sus pasiones. Si queréis reflexionar vosotros también, escribir Bill Viola en youtube y solo hacer una cosa: disfrutar de unas imágenes que son casi poéticas.

Naiara Valdano.

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