sábado, 14 de noviembre de 2009

ENSAYO


El cine ha muerto y Photoshop ha matado a la pintura



A punto de entrar en la segunda década del siglo XXI, un porcentaje importante de directores ya ruedan sus películas sobre soportes digitales, en detrimento del tradicional material fotosensible. Los fotógrafos llevan más de diez años recorriendo ese camino. Hay escultores que experimentan con luces de neón, y arquitectos que iluminan edificios por medio de fibra óptica. ¿Acaso la revolución tecnológica del siglo XX está matando al Arte en el siglo XXI? La pintura entonces… ¿ha muerto ya?

Desde hace ya más de siglo y medio, el mundo del Arte se ve en una constante lucha por reinventarse a si mismo. Sobre todo desde que los pintores, hartos del naturalismo pero expertos en técnica académica, se lanzan a buscar otros caminos y a fracturar de manera diferente la realidad. Pronto se contagian todas las categorías artísticas, y se suman las nuevas tecnologías de entonces, la fotografía, el cine, el sonido grabado…Vanguardias, Surrealismo, Dadá, las revoluciones se suceden o incluso se solapan, a menudo enfrentándose a la incomprensión de la mayoría que, sin saberlo, termina por asimilar las novedades creativas que suponen.

Esta tremenda diversificación de corrientes, estilos y conceptos, supuso un excelente caldo de cultivo para que las generaciones posteriores, ya en los 60, pudieran adueñarse de una tecnología diseñada por el poder político y económico, y comenzar a utilizarla en su propio beneficio creativo. Es la televisión, la imagen electrónica, el precursor romántico de nuestro actual pixel. Pixel que nace de las manos de los recientemente premiados con el Nobel de Física, Willard Boyle y George Smith a finales del 69, aunque no es hasta dos décadas después cuando su tecnología comienza a llegar a manos de los artistas, que hasta entonces habían creado con la tecnología analógica. También la era digital ha encontrado y encuentra numerosos detractores que minusvaloran el llamado Arte Digital. Es una lucha estéril.


Hay que tener en cuenta que el Arte ahora está cada vez menos limitado técnica y tecnológicamente porque existen cada vez más medios que facilitan la expresión artística en sus diferentes vertientes. Aunque la literatura, la pintura, la escultura y cualquier tipo de manifestación artística siempre hayan tenido una misma base, que es la de "obra de arte", también han permanecido distintos a causa de la distancia entre las técnicas. Hoy en día, esta distinción se aleja por momentos, es decir, los medios son cada vez más intercambiables y compatibles entre sí. El ejemplo de ello son películas como "Cremaster Cycle" de Matthew Barney en las que todo puede ser un cuadro, una foto, una película o una poesía; o la obra de Takashi Murakami con su superflat en el que se trata la pintura como cine, como videojuego o como anuncio publicitario - "Superflat Monogram by Takashi Murakami for Louis Vuitton" - que dejan fuera de combate la distancia anterior; o nuestra querida Jenny Holzer. ¿Quién no se acuerda de ella?

Por lo tanto, queridos lectores, y volviendo a lo que explicaba al comenzar con este breve ensayo, la pintura, tal y como se nos ha hecho entenderla, no es que haya muerto ahora, sino que murió hace décadas!

Sara Alfonso

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